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Cómo perder el miedo a la bici

La semana pasada te hablábamos de practicar deporte con calor, ya que, en verano la rutina de entrenar se perdía y nos apetecía más hacer otras cosas como nadar en el mar, pasear por la montaña o salir en bici y ésta última por lo menos a nosotros, mucho más.

Cómo buenos amantes del ciclo indoor que somos, sabemos montar en bicicleta y abogamos continuamente por su uso y por los beneficios de la misma. Además damos por hecho que vuestra visión hacia la bici es tan positiva como la nuestra pero lamentablemente en muchos casos, no es así.

Es bastante frecuente encontrar a personas que aunque les gustaría seguro desplazarse en bicicleta, no pueden. Su miedo les frena. Si te sientes identificado/a y te gustaría desprenderte de esa fobia a montar en bici, el artículo de hoy es para ti.

¿Por qué le cogemos miedo a la bici?

No hay razones de libro que expliquen el pánico a montar en bici. Una mala experiencia como una caída, falta de práctica en la niñez o el desequilibrio que se siente en la bici al principio, puede generar desconfianza y miedo a querer aprender a montar.

No obstante este miedo es compatible con el deseo de superarlo y en gran mayoría, las personas que le tienen miedo a la bici desearían dejar de tenerlo y poder disfrutar de un paseo en bicicleta.

Así que hemos decidido mostraros algunas pautas que podéis poner en práctica para que el miedo a la bici no sea lo que os frene.

¿Por dónde comenzamos? Progresión.

Lo más importante a la hora de superar cualquier miedo es ser consciente que todo consiste en ir poco a poco, progresando los pasos. Eso sí, una buena actitud es fundamental. Durante toda nuestra infancia nos enseñaron que para montar en bicicleta había que empezar con rueditas de apoyo. Primero se aprendía a pedalear y luego a sostenerse. Con los años se ha visto que esto no es así. Lo mejor es dominar el deslizamiento en la bici y luego ya pensamos en pedalear. Así que coge tu bici y quítale los pedales. Esto es el inicio.

Imaginemos que vas a empezar realmente a perderle el miedo a la bici. Estos pueden ser unos buenos pasos a seguir:

Empieza por hacerlo en un sitio seguro, sin coches y cercano a tu casa. Donde te sientas seguro/a, el camino de un parque o un descampado puede ser una opción. Quítale los pedales a la bici, baja ligeramente el sillín para llegar bien al suelo y asegúrate de ello. Ten la certeza que tocas el suelo rápidamente y puedes parar. Ya podemos empezar. Los siguientes pasos siguientes debes darlos cuando te sientas preparado, en un solo día o en 100, tú decides cuando pasas al siguiente.

  • Móntate en la bici y camina con ella sentado en el sillín. Ve cogiendo muy progresivamente velocidad y cuando lo consideres da tres pasos y deslízate ligeramente. Vuelve a poner los pies en el suelo parando por completo. 

Repite esta operación tantas veces cómo sean necesarias hasta que te sientas cómodo deslizándote en la bici unos metros. No importa cuánto tiempo te lleve, es muy probable que esto no lo hagas en la primera salida.

  • Una vez puedas deslizarte, parar y volver a deslizarte significará que ya te has adaptado al equilibrio. Así, sin darte cuenta! Es el momento que hagas lo mismo con los pedales puestos. Deslízate de nuevo y cuando te sientas seguro/a da un par de pedaladas. Antes de perder el equilibrio pon los pies en el suelo. No esperes a desequilibrarte, para. 

Al igual que antes, este paso dura lo que tú quieras hasta que lo domines.

  • Una vez hecho esto aumenta muy progresivamente las pedaladas. Al principio 2, luego 3, 4….poco a poco, siempre parando antes de desequilibrarte. Al principio notarás un desequilibrio inicial que irás venciendo. Se valiente que ya lo tienes.

A este punto, lo más difícil ya está superado. Ya está. Sin darte cuenta comenzarás a pedalear de seguido usando los frenos de la bici.

  • Ve despacio y no te salgas aún de la zona de seguridad. A medida que vayas cogiendo destreza y te sientas capaz, rétate a dar paseos marcados de poco distancia: una vuelta al parque, la manzana de tu casa…etc. Siempre sin riesgo.

Ya lo tienes, verás que a medida que vayas dando pasos tu adaptación a la bici se hará cada vez mayor y serás tú quién decida los límites. Eso sí usa siempre casco, las protecciones te darán seguridad también pero el casco es imprescindible.

La bici tiene muchísimos beneficios a todos los niveles. Es saludable, no gasta, no contamina, te mantiene activo, se aparca fácil… y otras muchas cosas más que te contaremos en otro artículo.

Por el momento nosotros te sugerimos que lo intentes, te relajes y disfrutes de la gran sensación que es sentir el aire de frente.

¡Practica bestcycling!


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